1.Pelar la cebolla y cortarla en pluma. Remojarla durante una hora en agua fría, cambiando el agua dos veces durante ese lapso.
Batir los huevos y agregar la harina, la leche, la cebolla y sal a gusto.
Freír por cucharadas en aceite bien caliente, por ambos lados, hasta que se doren.
Sacar del aceite y poner sobre papel absorbente.